- Se sincero contigo mismo. Aprende a conocerte y aceptarte. Reconoce lo que te gusta, lo que realmente quieres, y lo que te hace sentir mal. No digas mentiras, y no trates de hacerte pasar por alguien que NO eres, ni siquiera, ante tus propios ojos.
- Cumple todas tus promesas. La integridad ante todo. Cumple todas las promesas que hagas a los demás, a menos que exista una causa de fuerza mayor que todos sabrán comprender. Pero sobre todo, cumple tus propias promesas. Si te prometiste a ti mismo bajar de peso o mejorar tu condición física, ¡hazlo!
- Haz tus deberes y tareas. Aunque te sientas mal, NO desatiendas tus tareas o asuntos pendientes. Trabaja en todos ellos, uno por vez. Así te sentirás cada vez más aliviado, y te empezarás a ver a ti mismo como alguien responsable.
- Acepta que eres responsable de tu vida. Sólo tú puedes hacer que tu vida mejore. De aquí en adelante, decídete a tomar el control. Si tienes sueños, deja que se conviertan en tu mayor motivación. Necesitarás trabajo y esfuerzo constantes, pero si te mantienes lo suficientemente motivado, LO LOGRARÁS.
Toma la decisión ahora mismo. Repite en voz alta: “Yo decido respetarme un poco más cada día”. Sigue adelante, no te des por vencido, y mantén una actitud muy positiva.
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